lunes, 7 de octubre de 2013

ASERTIVIDAD.

La asertividad es un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos.
Personalmente, no soporto a las personas que gritan. No se si es que se piensan que por hablar más alto y más fuerte que los demás van a llevar más razón. Pero mucha gente piensa que siendo agresivo e imponiendo sus puntos de vista a los demás, conseguirá el éxito.
En el mundo laboral, como en la vida real nos encontramos con todo tipo de personas: las agresivas, que a menudo pisotean los derechos de otras personas llegando incluso a minar su autoestima; las pasivas, que nunca toman la iniciativa en nada o las pasivas agresivos, que suelen ser personas muy manipuladoras. Cualquiera de estas tres personalidades no nos van a traer nada positivo.
En cambio, una personalidad asertiva deriva del respeto hacia sí mismo y hacia los demás. La asertividad va muy ligada a la personalidad, de ahí que el primer paso para ser una persona asertiva consiste en tener autoestima y confianza en uno mismo. Es todo un proceso de aprendizaje. Estos son algunos consejos para ser más asertivo:
·         Ten un buen concepto de tí mismo. Se lo transmitirás a los demás. Es importante tener autoestima. Recuérdate a ti mismo que eres tan importante como los demás. No te dejes intimidar.
·         Se educado. Estar enfadado provoca confusión en uno mismo y hace que los demás te vean como una persona débil, histérica y con baja credibilidad. Hay que escuchar a los demás y tener en cuenta sus puntos de vista. Negar o ser testarudo no suele funcionar a largo plazo. Es mejor guardar la calma y educada, pero firmemente, exponer la opinión propia.
·         Discúlpate cuando sea necesario. No tienes que estar pidiendo disculpas por todo, a menos que sea necesario hacerlo. Si reservas las disculpas para cuando sea oportuno, no disminuirás tu amor propio y los demás te tomarán en serio para otros asuntos.
·         Di no cuando quieras decir no. No seas una persona sumisa. En los momentos en que no estés de acuerdo, exprésalo, con respeto. Los demás agradecerán tu honestidad.
·         No arrincones a los demás. Deja que los demás se expresen y trata las personas con respeto. La humillación nunca es una opción.
·         Nunca recurras a las amenazas. Tu credibilidad, desaparecerá. Una afirmación tranquila de los pasos que se está dispuesto a seguir es mucho más eficaz.
·         Acepta los errores cuando sea necesario. ES imposible que siempre lleves razón en todo, así que reconoce cuándo te has equivocado. Acéptalo con elegancia.
·         Mira a los ojos cuando hables con los demás. No se trata de intimidar, si no de demostrar seguridad en ti mismo.





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